sal y vuelve a entrar
Hace ya unos cuantos años, mi pareja y yo nos conocimos en un taller de improvisación teatral. De los talleres de teatro aprendimos
muchas herramientas que usamos a diario en nuestra vida, nos ayuda en nuestras relaciones personales y en el arte de poner humor alrededor los temas más intensos.
En estos talleres entrábamos en escena sabiendo quien era nuestro personaje pero sin guión, de esta manera el trabajo de cada persona en el taller era conocer en profundidad al personaje y llevarlo a la escena que nos dieran y jugar a ver que pasa.
Si desde fuera nuestros actos o palabras no resultaban orgánicas, creíbles, entonces la persona que guiaba el taller decía “sal y vuelve a entrar” y nosotras, las participantes, teníamos la posibilidad de salir de escena, respirar y volver a entrar para comenzar de nuevo a resolver el conflicto.
Siempre pensé que sería genial poder llevar esto a nuestra vida y darnos la posibilidad de salir de un conflicto en el que nos sentimos bloqueadas y volver a entrar cuando nos sintamos listas para el diálogo. Pero no siempre nos sale, es un ejercicio de “desaprender” acciones que ya tenemos integradas desde hace años y es un trabajo duro y a veces, doloroso.
Desde aquellos talleres han pasado muchas lunas, un par de maternidades y varias aventuras en los laberintos de la autónoma.
Ahora pienso que si no damos el paso para entrar las veces que nos haga falta en el conflicto, la vida te va poniendo en situaciones en las que no te quede más remedio que “salir y volver a entrar”.
Escribo estas líneas en el momento en el que vuelvo a entrar al Nido de Balandis, no sé cuantas veces van ya, hoy entro desde un lugar nuevo, con más firmeza y claridad que las veces anteriores, y con la ilusión de poder compartir anécdotas, reflexiones, y conocimientos que nos permitan seguir caminando en el cambio necesario del paradigma educativo que llevamos repitiendo desde siempre.
Leo y me inspiro en otras mujeres que se esfuerzan en compartir y formar parte del cambio, mi intención es compartir la mirada desde mi maternidad, mi profesión y mis experiencias personales, y así visibilizar otra manera de relacionarnos con la infancia y con nosotras mismas, con sus luces y sus sombras. Ojalá las luces de unas iluminen un poquito las sombras de otras.
No sería capaz de hacer nada de esto si no me acompañaran los cuentos, el arte, y el juego.
y de esto precisamente es de lo que se alimenta este espacio
Una vez más,
BIENVENIDA
este es tu Nido, vamos a disfrutarlo!
a llenarlo de comadreo y conversación.
Te espero al otro lado.